Category: Grantmaking
El tema de este año de los 16 días de activismo contra la violencia de género es ¡ÚNETE! Invierte para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas. La campaña de 2023 insta a los Gobiernos de todo el mundo a justificar su inversión en la prevención de la violencia de género. El Fondo de Igualdad promueve activamente el aumento de la inversión en la labor de las organizaciones de mujeres y los movimientos feministas. Sabemos por nuestro trabajo que las mujeres, las niñas y las personas trans de todo el mundo sufren la violencia sexual y de género y que el riesgo es mayor para quienes se enfrentan a barreras interseccionales. El cambio climático, las crisis, los conflictos y los movimientos antiderechos exacerban el riesgo de sufrir esta violencia en todo el mundo. A su vez, los últimos datos revelan que se ha reducido la inversión en materia de violencia de género, a pesar del aumento generalizado de la asistencia oficial para el desarrollo. En el marco de la campaña de este año, queremos destacar algunos ejemplos de la labor de nuestras magníficas copartes, que están empleando estrategias interseccionales para abordar la violencia sexual y de género y reclamando una mayor inversión para las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y los movimientos feministas que trabajan contra esta lacra.
Interseccionalidad y violencia sexual y de género
En el Fondo de Igualdad, dotamos de recursos a las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y a los fondos y movimientos feministas del Sur y el Este Global, ya que confiamos plenamente en quienes lideran los movimientos y contribuimos a los esfuerzos basados en la cultura, la historia y el liderazgo locales. Muchas de nuestras copartes hacen frente a la violencia de género en diversas geografías y contextos, siempre poniendo la interseccionalidad en el centro.
Kimberlé Crenshaw acuñó el término «interseccionalidad» para referirse a las formas en las que los sistemas de poder fundamentados en el género, la raza, la clase, la identidad de género, la discapacidad y otras formas de discriminación intersecan y crean nuevas formas de opresión o privilegio. Es un concepto fundamental, porque, en sus propias palabras: «cuanto mejor comprendamos cómo interactúan las identidades y el poder en distintos contextos, menos probabilidades habrá de que nuestros movimientos transformadores se fragmenten». En el Fondo de Igualdad ponemos el feminismo interseccional en el centro de todo lo que hacemos y es la base de nuestros valores, nuestro trabajo y nuestras alianzas. Seguimos un enfoque interseccional con el fin de comprender más en profundidad la opresión compleja y multifactorial que sufren muchas mujeres, niñas y personas trans, así como para idear formas de desafiar el statu quo y cambiar los sistemas y las narrativas en aras de redistribuir el poder de forma justa.


Las organizaciones, grupos y líderes con quienes trabajamos realizan una labor plenamente interseccional. Sus planteamientos de marcada interseccionalidad permiten que distintos movimientos trabajen de forma simultánea para generar un efecto multiplicador. La opresión que sufren nuestras copartes es interseccional, por lo que la respuesta también debe serlo.
Justicia climática
La crisis climática ha exacerbado la violencia de género. Perjudica a la población al completo, pero las mujeres, las niñas y la comunidad LGBTQI+ la sufren de manera desproporcionada. Los desplazamientos derivados de los desastres naturales aumentan el riesgo de sufrir violencia sexual o de género durante la migración o en los refugios temporales. El acceso limitado a los recursos y las penurias económicas pueden aumentar los casos de violencia de género. La degradación de los sistemas gubernamentales, jurídicos y de apoyo tras las catástrofes climáticas impide el acceso a la justicia a las personas supervivientes de la violencia de género.
Nuestras copartes están presentes en Santa Lucía, Filipinas, Argentina y en otros países. Hay diversos grupos que trabajan con las intersecciones entre el medioambiente y los derechos indígenas; el clima y la soberanía alimentaria, y las crisis climáticas y la violencia de género.
Nuestra coparte Raise Your Voice Santa Lucía nos trasladó una serie de perspectivas clave sobre su trabajo.
«El cambio climático no es solo una crisis ambiental, sino también una crisis humana», expone una superviviente beneficiaria de los esfuerzos caritativos de Raise Your Voice Santa Lucía. Dado que el aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos exacerba las vulnerabilidades, estos factores afectan desproporcionadamente a las comunidades marginalizadas y aumentan las desigualdades ya existentes.
Las mujeres y la infancia acaban en la primera línea de estas crisis y sufren en mayor medida tanto la violencia de género como las penurias derivadas de la crisis climática. El ciclo de violencia se intensifica con el aumento de los factores de estrés provocados por la escasez de recursos y el desplazamiento, por lo que las personas supervivientes se enfrentan solas a los elementos en un entorno hostil.
Raise Your Voice Saint Lucia«Ante la adversidad, nuestra organización representa el poder de la resiliencia colectiva. Comprender la relación entre la violencia de género y el cambio climático es esencial para erradicar las fuerzas opresoras».
Raise Your Voice Santa Lucía ofrece refugio y asesoramiento, pero también promueve los medios de subsistencia sostenibles en aras de romper con los ciclos que perpetúan la vulnerabilidad.
«Si nos unimos, somos fuertes; si comprendemos, encontramos soluciones, y si actuamos, generamos un cambio». Con motivo de los 16 días, van a redoblar esfuerzos para eliminar los factores que vinculan la violencia de género con el cambio climático. Siga leyendo sobre su labor.
En Bangladesh, los esfuerzos de Babadon Sangho se centran en reforzar los movimientos feministas de base, haciendo hincapié en el trabajo con las mujeres que sufren violencia por las disputas por la tierra y el desplazamiento provocado por quienes invierten en ella. Esta organización desempeña un papel fundamental en la promoción de las redes que defienden los derechos de las mujeres sobre la tierra. Al ser una organización de defensa de los derechos de las mujeres liderada por mujeres, está plenamente comprometida con promover los derechos igualitarios de las mujeres sobre la tierra y el agua, con independencia de su casta o religión, por lo que destaca como una organización única e influyente. Además, trabajan en la importante intersección entre los derechos sobre la tierra y la violencia contra las mujeres.


Erosión en los derechos
Vemos esfuerzos coordinados y financiados que amenazan, vulneran y niegan los derechos de las mujeres, las niñas y la comunidad LGBTQI+ en todo el mundo. Se ha demostrado que la retórica antiderechos aumenta la prevalencia de la violencia sexual y de género. No solo hemos identificando una amenaza e intento de erosión en los derechos, sino que ha habido casos en los que se ha despojado a mujeres, niñas y personas del colectivo LGTBQI+ de sus derechos. Los aterradores esfuerzos por erosionar los derechos incluyen la propaganda y la legislación antiderechos, que tienen una perniciosa vertiente tránsfoba y socavan la autonomía corporal. Las leyes y políticas timoratas sobre la violencia doméstica y la visión binaria del género para promover las estructuras familiares heteronormativas aíslan, alienan y ponen en peligro a las personas no binarias.
En Albania, la Alianza contra la Discriminación de las Personas LGBTQ (Aleanca) ha sufrido graves ataques de manos del movimiento antiderechos del país. Los esfuerzos antigénero han conseguido instrumentalizar los medios de comunicación para atacar y deshumanizar a la comunidad LGBTQ. Aleanca expuso que este movimiento «está muy organizado, recibe abundante financiación de grupos evangélicos de EE. UU. y goza de cada vez más popularidad entre la clase política». Aleanca concede pequeñas subvenciones y brinda apoyo psicosocial y jurídico a su comunidad, que debe hacer frente a los ataques y la retórica antigénero.
El Fondo de Reconstrucción de Mujeres de Serbia observó un repunte de la política y las narrativas antigénero en 2022 que ha conllevado un aumento de la violencia contra el colectivo LGBTQI y de la represión de la educación sexual en los centros educativos. A modo de respuesta, el Fondo emplea un enfoque dual. En primer lugar, concede subvenciones y brinda apoyo puntual a activistas y organizaciones en situaciones de emergencia, con el fin de cubrir sus necesidades inmediatas, tales como las derivadas de los recortes de presupuesto o el desalojo de sus lugares de trabajo o encuentro. Un ejemplo destacable fue la celebración de la Marcha del Orgullo Europeo en Belgrado en 2022, donde el Fondo prestó ayuda a los grupos afectados por los disturbios violentos alimentados por el extremismo, para lo que otorgó subvenciones de respuesta rápida y los redirigió a otros recursos. En segundo lugar, el Fondo es un importante defensor de la educación sexual de las mujeres, por lo que elabora recursos y publicaciones.
Respuesta a las crisis
La evidencia nos muestra que las mujeres, las niñas y el colectivo LGBTQI+ sufren de forma particular y desproporcionada en los contextos de crisis. Se enfrentan a múltiples desafíos, que van desde los obstáculos al acceso a servicios de salud reproductiva, como instalaciones para garantizar un parto seguro o productos menstruales, hasta cumplir los roles tradicionales de género en unas circunstancias de extrema complejidad, pasando por el cuidado de menores, personas mayores y personas con discapacidad. Con frecuencia el colectivo LGBTQI+ no tiene acceso a los refugios de emergencia y sufre más discriminación y violencia. La violencia sexual y de género aumenta en los contextos de crisis. Muchas de nuestras copartes trabajan con la intersección entre la violencia sexual y de género y la respuesta a las crisis y su labor está teniendo una gran repercusión.
En su labor en el continente africano, el Fondo de Acción Urgente de África, una de nuestras copartes, ha brindado apoyo a activistas mujeres, jóvenes, trans y no binaries durante el conflicto político y militar de Sudán. La crisis ha aumentado los casos de violencia de género contra las mujeres y niñas de Jartum y las comunidades colindantes, ha provocado el desplazamiento de más de seis millones de personas y una escasez de alimentos, agua y medicamentos. La violencia sexual se emplea como arma de guerra, cuyo objetivo son las personas que se dedican al activismo. Sin embargo, muchas personas supervivientes quedan atrapadas en zonas afectadas por la violencia y no tienen acceso a asistencia médica y apoyo psicosocial durante días. El Fondo ha estado colaborando con sus redes y poniéndose en contacto con sus asesores en Sudán y en otros países vecinos para dotar con rapidez de recursos a quien los necesite, lo que incluye la protección y seguridad digitales y la documentación de las vulneraciones de los derechos humanos. El Fondo también ha contribuido a la creación del Refugio de Respuesta a la Violencia de Género de Sudán del Sur para las mujeres que han huido por el conflicto y ha ayudado a las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres a documentar la situación y las vulneraciones cometidas contra las defensoras de los derechos humanos.
Cuando Rusia inició su invasión a gran escala en Ucrania en 2022, millones de personas refugiadas empezaron a llegar en masa a las fronteras de Polonia. Para responder a esta situación, FemFund aplicó un enfoque basado en tres frentes: volver a conceder subvenciones a organizaciones y colectivos feministas, organizar transporte humanitario a Ucrania occidental y ofrecer alojamiento a las personas refugiadas en sus propias oficinas. Al aplicar un enfoque interseccional a esta labor, han ayudado a personas de comunidades particularmente vulnerables a la exclusión y la violencia dentro de las estructuras de apoyo existentes, tales como la comunidad romaní, el colectivo LGBTQI+ y las personas que se dedican al activismo por los derechos humanos. Según los numerosos informes, a muchas de las personas negras, asiáticas y romaníes que huyeron a causa de la guerra se les negó el paso a través de los puestos fronterizos y la asistencia para la reubicación, el acceso a la vivienda y otras formas de apoyo material. FemFund consideró fundamental priorizar su mecanismo de repetición de subvenciones para ayudar a los grupos de base que ofrecen su valioso apoyo a la comunidades que se enfrentan a múltiples tipos de discriminación.
FemFund«Cabe destacar que estas organizaciones y grupos conocen perfectamente las necesidades de las personas con las que trabajan y las tratan con la sensibilidad necesaria, algo que escasea en los grandes centros de alojamiento colectivo o los puntos de emergencia. Sin embargo, debido a que sus actividades son de base, estas organizaciones y grupos no son una coparte evidente para las entidades donantes institucionales que conceden ayudas humanitarias»
Con el tiempo, FemFund ha puesto en contacto a estas copartes con grandes donantes institucionales. Algunas de ellas afirman que la subvención y la ayuda de FemFund aumentaron su visibilidad y credibilidad ante las entidades donantes internacionales, como las organizaciones humanitarias, por lo que contribuyeron a la creación de nuevos vínculos.


La interseccionalidad es un imperativo en la prevención y la erradicación de la violencia sexual y de género
Es crucial entender la violencia sexual y de género desde un punto de vista interseccional para comprender y abordar las opresiones complejas y multifactoriales que sufren las mujeres, las niñas y el colectivo LGBTQI+. Nuestras copartes ya hacen una labor de gran carácter interseccional para prevenir y erradicar la violencia sexual y de género en todo el mundo. Es vital dotar de recursos a su labor continuada e invertir en las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y los movimientos feministas. Nuestro llamamiento a la acción para la campaña de los 16 días de este año es aumentar la inversión en estas organizaciones, el activismo y los movimientos. Las entidades filantrópicas y los programas de asistencia al desarrollo deben contribuir a la vital labor y a las soluciones a la violencia sexual y de género de las organizaciones y movimientos de defensa de los derechos de las mujeres a nivel local, regional y mundial.

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